Dolor: consejos para hacer más fácil la vida diaria

Si algo nos hiere, nos quema o nos molesta, nos provoca dolor. Pero cuando nada de esto ocurre, ¿por qué sentimos dolor? A lo largo de la historia de la humanidad, el dolor ha suscitado muchos interrogantes. ¿Qué es? ¿Significa lo mismo para todos? ¿Realmente es algo que se pueda controlar? ¿Soportar? ¿Por qué se siente dolor en situaciones donde no hay un daño aparente? En el siguiente artículo, nuestra enfermera y nutricionista, Mont Gálvez, hace un repaso al origen del dolor, a cómo se manifiesta en las personas con psoriasis y/o artritis, los efectos que este tiene y consejos para aliviarlo.

Dolor en la Psoriasis: consejos
- Para disminuir el riesgo de que se formen fisuras debe hidratarse muy bien la piel y usar queratolíticos (fármacos que disuelven total o parcialmente la capa córnea de la piel). Si aun así, se siguen formando y el dolor es importante debemos consultar al dermatólogo.

- Cuando la psoriasis afecta a los pliegues (psoriasis inversa), también pueden producirse grietas en el fondo de ellos. En este caso, lo adecuado es procurar secar la zona y el uso de pomadas similares a las que se aplican en la zona de los pañales de los bebés.

- Cuando las lesiones de la piel y de las uñas producen dolor, estarían indicados tratamientos farmacológicos, como los analgésicos comunes, que ayudan a paliar el dolor agudo. Sería el especialista quien los recomendaría.

- Cuando este dolor se asocia al picor y no hay una contraindicación expresa, podría aplicarse frío local, en forma de gel frío, hielo u otras fuentes de frío, siempre protegiendo la piel con un tejido para evitar una quemadura.

Dolor en la Artritis Psoriásica: consejos

- Cuando se trata de una Entesitis (inflamación de la zona de inserción en el hueso de un músculo, tendón o ligamento), la aplicación de frío en la zona afectada durante unos 10 minutos puede ayudar.

- Cuando la articulación está inflamada, es necesario el descanso, es decir, no mover la zona afectada. Para ello, en ocasiones, se colocan férulas de material rígido o semirrígido para inmovilizar la articulación inflamada. No obstante, será imprescindible el seguimiento del especialista para comprobar que dicha férula hace la función adecuada.

- La rehabilitación y el ejercicio son fundamentales para mantener y mejorar la movilidad y funcionalidad de las articulaciones, en general, y también de aquellas que están afectadas. El reumatólogo o el fisioterapeuta serán quienes valorarán el ejercicio que puede realizar en función de si la artritis está activa o no. En algunos casos, realizar ejercicio físico será tan importante como el tratamiento farmacológico, aunque deberán evitarse los deportes de impacto como correr y saltar, siendo más aconsejables la natación, caminar o la bicicleta. Se debería, eso sí, evitar el ejercicio físico cuando existe una rigidez.

- Otras técnicas como la electroterapia (microondas, ultrasonidos), los masajes, la quiropraxia o la osteopatía podrían ser eficaces, siempre bajo la supervisión del especialista.

- El tratamiento farmacológico adecuado está comprendido por una gran gama de medicamentos con efecto analgésico y antinflamatorio. Éste dependerá de si el dolor es agudo o crónico, de la intensidad del mismo y en algunos casos de la localización.

Extracto del artículo elaborado por la enfermera-nutricionista de Acción Psoriasis, Mont Gálvez, y publicado en la revista Psoriasi de Invierno 2016.

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