El tratamiento para la artritis psoriásica ha de ser individualizado según el tipo de artritis psoriásica, su localización, el tipo de afectación (dactilitis y/o entesitis, afectación de la columna y de la piel, etc.), la gravedad de la enfermedad (de leve a moderada-grave) y, la respuesta anterior a otros tratamientos. El paciente ha de ser atendido por un equipo multidisciplinar formado por dermatólogos, reumatólogos, dietistas, expertos en salud mental y fisioterapeutas. Todo tratamiento ha de ser pactado entre médico y paciente, adaptándose a las necesidades y a la situación de este, quien ha de dar su consentimiento y conformidad.

Los objetivos del tratamiento de la artritis psoriásica se pueden resumir en:

01

Reducir o eliminar el dolor y la inflamación.

02

Mejorar la limitación de los movimientos y la función articular.

03

Evitar el daño articular, la progresión de la enfermedad.

04

Mejorar la calidad de vida del paciente.

Objetivos - Psoriasis sin límites

Los tratamientos farmacológicos mejoran el dolor y la inflamación propios de la artritis psoriásica,
evitando lesiones en las articulaciones y mejorando la calidad de vida del paciente.
Dado que un alto porcentaje de pacientes con artritis psoriásica tienen psoriasis incluimos brevemente
los tratamientos propios de ésta: tópico, fototerapia y sistémico.

Tópico

Tratamientos que se aplican directamente sobre la zona afectada en distintos formatos como cremas, lociones, pomadas, geles, espumas, lacas y champús que contienen diferentes principios activos (corticosteroides, derivados de vitamina D y retinoides). Están indicados para la psoriasis leve o para completar la fototerapia y los tratamientos sistémicos en la psoriasis moderada y grave.

Es aconsejable aplicarlos después del baño, cuando la piel está más hidratada y es más permeable, facilitando con ello la penetración del medicamento en la piel. Tras su aplicación, se recomienda masajear la zona unos minutos hasta su completa absorción para asegurarnos de su completa efectividad. En la medida de lo posible hay que evitar que el producto entre en contacto con el resto de la piel.

Para el uso tópico se usan productos coadyuvantes, como hidratantes, emolientes y queratolíticos, y medicamentos cuyo principio activo es Tazaroteno, Calcipotriol, Corticosteroides tópicos o Ácido salicílico + dipropionato de betametasona.

Las cremas, las lociones y los aceites hidratantes son siempre complementarias a cualquier tratamiento, ya que evitan que la pérdida de agua de nuestra epidermis, reblandecen y reducen las escamas y mejoran la elasticidad de la piel, disminuyendo la posibilidad de que se produzcan fisuras.

Actúan disolviendo, total o parcialmente, la capa más externa de la piel (capa córnea) cuando ésta presenta escamas gruesas adheridas. Los más frecuentes son el ácido salicílico, la urea y los ácidos orgánicos, como el ácido láctico y los hidroxiácidos.

Son antiinflamatorios, eliminan parte de la rojez y el grosor de las placas y reducen el picor. Constituyen una opción terapéutica muy eficaz, aunque de corta duración y de eficacia muy variable. Hay que tomar precauciones a la hora de usarlos en la cara o los pliegues de la piel.

Existen muchas marcas comerciales de corticosteroides tópicos que pueden identificarse porque los principios activos que contienen y que pueden consultarse en su composición terminan en -sona, -lona, -betasol y -cortol.

Regularizan y frenan la proliferación descontrolada de las células que se encuentran en la capa córnea de la piel. Se usan sobre todo como tratamiento de mantenimiento y pueden combinarse con corticosteroides tópicos y fototerapia para aumentar su eficacia. Los efectos secundarios son mínimos y pueden usarse en todas las zonas del cuerpo afectadas durante largos períodos de tiempo.

Las asociaciones más utilizadas son la de un corticosteroide más un derivado de la vitamina D, (calcipotriol + dipropionato de betametasona) y la de un corticosteroide más ácido salicílico.

Los tacrolimus y pimecrolimus son dos inmunomoduladores tópicos cuyo uso está aprobado para el tratamiento de la dermatitis atópica. Son útiles para el tratamiento de la psoriasis en pliegues (psoriasis invertida)

Los alquitranes de la madera (pino, enebro) y de la hulla y sus derivados purificados (coaltar) son el tratamiento tópico más antiguo de la psoriasis. Su indicación principal son las lesiones del cuero cabelludo, donde se aplican en forma de líquidos, geles o champús.

Se trata de fármacos personalizados, hechos a medida por el farmacéutico según indicaciones del dermatólogo.

Fototerapia

La fototerapia consiste en la exposición del paciente a la luz ultravioleta artificial (rayos UVB y UVA) ya que esta tiene la propiedad de frenar la reproducción acelerada de las células de la piel y de rebajar su actividad inflamatoria. Está indicada para la psoriasis en placas grave o moderada que no responde bien al tratamiento tópico. Se realiza bajo prescripción médica y debe ser supervisada por el dermatólogo. En comparación con otros medicamentos sus contraindicaciones son mínimas. La dosis a aplicar estará condicionada por el tipo de psoriasis, así como por los antecedentes y características del paciente, como por ejemplo su fototipo cutáneo.

Penetran solo en la epidermis y son útiles para tratar las placas de psoriasis poco sobreelevadas, pero resultan insuficientes para tratar las placas más gruesas.

Penetran en la dermis a pesar de ser menos potentes que los rayos UVB. Esta terapia, conocida como PUVA, se utiliza en combinación con la administración tópica u oral de un psoraleno.

Tratamiento sistémico no biológico

Los tratamientos sistémicos no biológicos reducen la actividad del sistema inmunológico de forma selectiva y controlada para combatir los efectos de la enfermedad. En dermatología se conocen como tratamientos sistémicos clásicos y en reumatología como FAME (Fármacos Modificadores de la Enfermedad).

Están indicados en el control de la enfermedad psoriásica moderada e intensa cuando los medicamentos tópicos, la fototerapia o los antiinflamatorios no han dado unos resultados óptimos.

Se administran por vía oral, en forma de pastillas o jarabes, o por vía subcutánea, intramuscular o intravenosa. En el caso de la artritis psoriásica, lo habitual es administrarlos juntamente con los AINE.

Sus efectos secundarios pueden ser importantes por lo que requieren un control médico y analítico frecuente. La eficacia de los tratamientos sistémicos no biológicos es muy variable de un medicamento a otro y de un paciente a otro, y por lo general es inferior a la eficacia de los biológicos.

El metotrexato reduce la actividad del sistema inmunológico. Resulta eficaz en el tratamiento de la psoriasis cutánea consiguiendo un buen control de la enfermedad en la mayoría de pacientes. Su uso ha de limitarse debido a los posibles efectos secundarios a corto y largo plazo. Algunas personas pueden experimentar molestias digestivas y/o daño en el hígado.

En la artritis psoriásica, igual que el resto de FAMEs, únicamente es eficaz en la artritis periférica.

Sus principales indicaciones son la psoriasis eritrodérmica, la psoriasis pustulosa y cuando hay afectación palmoplantar importante. También es útil para la psoriasis en placas moderada. No es eficaz para el tratamiento de la artritis psoriásica.

La acitretina ayuda a normalizar la reproducción de las células de la piel. Pertenece a la familia de los retinoides, derivados de la vitamina A.

Es muy eficaz y de rápida acción en el tratamiento de las formas graves de psoriasis vulgar, formas eritrodérmicas y en la psoriasis pustulosa aguda. Por sus potenciales efectos secundarios se debe usar durante un periodo corto de tiempo. La ciclosporina A es un inmunosupresor (inhibe o disminuye la función del sistema inmunológico).

Con efectos antiinflamatorios e inmunomoduladores, actúa directamente sobre las células implicadas en la patogenia de la psoriasis disminuyendo la secreción de citocinas proinflamatorias. No es eficaz para el tratamiento de la artritis psoriásica.

La leflunomida influye sobre el sistema inmune evitando la inflamación de las articulaciones. Se utiliza de forma muy esporádica, porque su efecto es pobre y no es eficaz para tratar las lesiones cutáneas. Suele tomarse solo o asociado a otros fármacos, incluidos otros FAME, los antiinflamatorios y los medicamentos biológicos.

Se utiliza de forma muy esporádica, porque su efecto articular es pobre y no tiene efecto alguno sobre la afectación cutánea.

Suele tomarse solo o asociado a otros fármacos, incluidos FAME, antiinflamatorios y medicamentos biológicos. La sulfasalazina se toma por vía oral. La dosis habitual es de 2 gramos al día, que corresponden a dos comprimidos cada 12 horas.

Pequeñas moléculas

Se trata de fármacos que se utilizan para inhibir o disminuir la inflamación y frenar la actividad de la enfermedad psoriásica. Actúan sobre dianas intracelulares específicas modificando la respuesta de las células inflamatorias, a diferencia de los FAME clásicos, de los que no se sabe con exactitud sobre qué diana van dirigidos.

Están indicados para el tratamiento de la psoriasis moderada y grave y la artritis psoriásica, como medicamento de segunda línea en pacientes que no responden o no pueden utilizar tratamientos tales como los tópicos, los sistémicos clásicos, etc.

Reduce la acción de las citocinas que producen la inflamación y, como consecuencia, las lesiones cutáneas y articulares de la psoriasis.

Como ventaja respecto a los medicamentos biológicos, puede usarse en personas con infección tuberculosa latente (prueba de la tuberculina o PPD positivo) sin necesidad de hacer quimioprofilaxis y en pacientes con antecedentes de cáncer sin que sea preciso consultar al oncólogo.

En dermatología está indicado para la psoriasis moderada. En reumatología para pacientes que no responden a los FAME clásicos sin signos de gravedad (formas destructivas o invalidantes). No está demostrada aún su eficacia sobre las manifestaciones que afectan a la columna vertebral (axiales).

Indicado en pacientes con artritis psoriásica moderada y grave que no responden a la terapia con FAME sintético convencional (misma indicación que para la terapia biológica). No está demostrada aún su eficacia sobre las manifestaciones que afectan a la columna vertebral (axiales) ni en el tratamiento de la psoriasis cutánea.

Upadacitinib está disponible en España en cuatro indicaciones, tres de ellas reumáticas: artritis reumatoide, artritis psoriásica, espondilitis anquilosante y dermatitis atópica moderada a grave. Se administra una vez al día por vía oral y se usa en el tratamiento de la artritis psoriásica activa en adultos con respuesta inadecuada o intolerancia a uno o más FAMEs. Se puede utilizar en monoterapia o en combinación con metotrexato. No está indicado para el tratamiento de la psoriasis cutánea.

Tratamientos biológicos y biosimilares

Según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios “los medicamentos biológicos, incluidos los biosimilares, proceden de organismos vivos, como por ejemplo células vivas modificadas mediante biotecnología. Esto permite que estas células u organismos vivos produzcan el principio activo del medicamento biológico. A continuación, se extrae este principio activo de las células. Estos principios activos (por ejemplo, proteínas), suelen ser de mayor tamaño y más complejos que los de medicamentos no biológicos de síntesis química.

En el tratamiento de la enfermedad psoriásica actúan de forma selectiva sobre la inflamación de las articulaciones y de la piel, además de prevenir la progresión de la enfermedad y frenar el daño articular.

Se utilizan en los pacientes con psoriasis y/o artritis psoriásica moderada y grave que no hayan respondido previamente al tratamiento sistémico tradicional ni a la fototerapia (UVB o PUVA), hayan presentado toxicidad derivada de los mismos o estos tratamientos les estén contraindicados. Los fármacos biológicos no dañan el hígado, el riñón u otros órganos del cuerpo. Tampoco interaccionan con otros medicamentos, por lo que es posible reducir la realización periódica de análisis de sangre.

Se administran por vía endovenosa o subcutánea. La primera de ellas consiste en la inyección del medicamento a través de una vena, de manera que el fármaco llega rápidamente a nuestra sangre. En la vía subcutánea, el fármaco se inyecta en el tejido subcutáneo del abdomen, los muslos o los brazos.

Estos medicamentos están comercializados en forma de jeringas precargadas, viales para reconstituir y el denominado pluma, un dispositivo de inyección automático que facilita la administración por parte del propio paciente al tener únicamente que apretar un botón y sin necesidad de ver la aguja. Es posible que se produzca una ligera reacción en el punto de inyección, que puede tratarse con medidas locales como compresas frías o pomadas de corticosteroides.

Es muy importante la correcta conservación en nevera, - nunca en congelador -, de estos medicamentos, de lo contrario perderían parte o la totalidad de su eficacia.

Existen cuatro grupos de fármacos biológicos indicados para tratar la enfermedad psoriásica: Fármacos anti-TNF, anti-IL-12/IL23, anti-IL23 y anti-IL-17.

Fármacos anti-TNF

Fármacos anti IL-12 e IL-23

Fármacos IL-17

Reducen la inflamación al bloquear la citoquina TNF, una proteína causante de la misma. La eficacia de estos medicamentos difiere de unos pacientes a otros y es importante encontrar el más adecuado a cada persona. Todos los fármacos anti-TNF han demostrado su fiabilidad en el tratamiento de la psoriasis y la artritis psoriásica.

Indicado para el tratamiento de la psoriasis y la artritis psoriásica moderada y grave, con la ventaja de que es posible su uso en niños a partir de 4 años. Se administra por vía subcutánea, mediante un dispositivo pluma y el tratamiento suele iniciarse con una dosis de dos inyecciones en la semana 0; una inyección en la semana 1; y, a partir de esta, una inyección cada 2 semanas en el caso de la psoriasis. Para la APs el tratamiento es una inyección cada dos semanas.

Usado para el tratamiento de la artritis psoriásica y la psoriasis moderada y grave de forma similar a los otros anti-TNF. La ventaja de este fármaco sobre el resto es que no atraviesa la barrera placentaria, por lo que sería la elección en caso de necesidad durante el embarazo y la lactancia. Se administra por vía subcutánea cada 15 días y la respuesta clínica se alcanza normalmente dentro de las 12 primeras semanas de tratamiento.

Indicado para la artritis psoriásica y la psoriasis moderada y grave en adultos y niños a partir de los 6 años. Se administra fácilmente mediante una inyección subcutánea en dosis fija, una o dos veces a la semana.

Indicado para personas con artritis psoriásica que no responden al tratamiento con medicamentos sistémicos clásicos, independientemente de su gravedad.

Se comercializa en una pluma precargada de 50 mg para su administración por vía subcutánea una vez al mes, si es posible, siempre el mismo día.

Alrededor del 50 % de los pacientes obtienen una buena respuesta a las 24 semanas.

Prescrito para el tratamiento de la psoriasis y de la artritis psoriásica grave.

Se administra por vía intravenosa en los hospitales de día donde es necesario acudir cada 2 meses para su aplicación bajo supervisión médica debido al riesgo de reacciones agudas. Las más habituales son escalofríos, cefalea, mareo, náuseas y sofocación. Para evitar la aparición de este tipo de reacciones, se recomienda tomar antihistamínicos y paracetamol previamente.

Usualmente la pauta consiste en administrar inicialmente tres dosis en las semanas 0, 2 y 6. Posteriormente se pasa a una dosis cada 8 semanas hasta que se consigue el blanqueamiento de la psoriasis. Se puede utilizar como tratamiento de inducción hasta la remisión de las lesiones o como tratamiento de mantenimiento a largo plazo.

Es un anticuerpo monoclonal totalmente humano que se dirige a bloquear las citocinas llamadas IL-12 e IL-23.

Indicado para el tratamiento de la psoriasis en placa entre moderada y grave, así como para el tratamiento de la artritis psoriásica. Se administra en forma de inyección subcutánea en la semana 0, a las 4 semanas y, posteriormente, con una pauta de administración cada 12 semanas. La dosis dependerá del peso de cada paciente.

Son medicamentos que inhiben la IL-17, una proteína que al igual que el TNF provoca la inflamación de la piel y las articulaciones en las personas con psoriasis. Su eficacia es superior a los anti-TNF y a ustekinumab en estos pacientes.

En la artritis psoriásica, su eficacia se sitúa en el rango de los anti-TNF.

Está indicado para el tratamiento de la artritis psoriásica moderada y grave y para el tratamiento de la psoriasis en placas de moderada a grave en adultos que sean candidatos a tratamiento sistémico.

Tiene dos presentaciones; jeringa precargada y pluma precargada y se ha demostrado un alto grado de efectividad con independencia de la edad, el sexo, la raza, el peso corporal o la gravedad de las lesiones de los pacientes.

Indicado para el tratamiento de la artritis psoriásica moderada y grave así como en el tratamiento de la psoriasis en placas de moderada a grave en adultos que sean candidatos a tratamiento sistémico.

Se administra en inyección subcutánea, ya sea a través de pluma autoinyectable o jeringa precargada y se ha demostrado un alto grado de efectividad con independencia de la edad, el sexo, la raza, el peso corporal o la gravedad de las lesiones de los pacientes.

Abatacept interfiere con la actividad inmunológica de las células T y está indicado para el tratamiento de la artritis psoriásica de moderada a grave en adultos que no responden a FAME clásicos y en pacientes que no responden a los fármacos anti-TNF.

Se trata de un fármaco muy seguro y con muy bajo riesgo de infecciones asociadas que puede administrarse por vía endovenosa o subcutánea. Los efectos secundarios más frecuentes son dolores de cabeza e infecciones de tracto respiratorio superior.

Biosimilares

La AEMPS define medicamento biosimilar como aquel desarrollado para ser muy similar a un medicamento biológico ya existente. Este medicamento biológico existente, llamado medicamento de referencia, es un medicamento que ya ha sido autorizado y se utiliza en la Unión Europea (UE). Una vez vencida la patente del medicamento de referencia y transcurrido su periodo de exclusividad, está permitido comercializar el medicamento biosimilar.

Aunque no son idénticos al medicamento original su eficacia ha sido demostrada en ensayos clínicos, siendo sus costes de fabricación y comercialización más bajos que los del medicamento original. Esto se traduce en un mejor acceso de los pacientes a este tipo de tratamientos y en un ahorro para el sistema sanitario.

Se recomiendan en pacientes que no han recibido antes un tratamiento biológico concreto, siguiendo las mismas pautas de administración y seguridad que con el fármaco original.

Sin embargo, en aquellos pacientes previamente tratados con un medicamento biológico de referencia, la sustitución por uno biosimilar no puede ser automática y ha de ser consensuada entre el equipo médico y el paciente, buscando siempre en primer lugar el beneficio y la seguridad del paciente.

Tratamientos Biosimilarea

Los medicamentos biológicos con biosimilares autorizados y comercializados en nuestro país para el tratamiento
de la psoriasis y artritis psoriásica son: infliximab, etanercept y adalimumab.

¿Quieres saber más?

Si quieres saber más sobre tratamientos biológicos y biosimilares puedes acceder a la Guía del paciente de la Agencia Española de Medicamentos y Productos sanitarios o solicitar la Guía de tratamientos para psoriasis y artritis psoriásica.

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Tratamientos Artrítis psoriásica

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